El desorden salvaje del jardín

EL DESORDEN SALVAJE DEL JARDÍN

En el año 2013 presenté una exposición con pinturas realizadas tras la continua y exhaustiva mirada al jardín de Amelia y Virgilio, mis caseros.
Re-mirando este jardín mío, el pintado, el desmenuzado en diferentes series empecé a verlo de otra manera. Empecé a deshacerlo, a deconstruirlo, a fragmentarlo, a inventarlo de nuevo deshaciéndolo en un jardín sin sentido. Estructuras nuevas, a veces absurdas, algunas reconocibles, otras no.
Los mecanismos de elección de las imágenes, de su fragmentación y continua reinterpretación, de variaciones en el arco cromático e incluso la realización hecha de forma calculadamente espontánea o mediante una aplicación fría al lienzo desde mi nueva mirada han creado nuevas posibilidades realizando una idea individualizada de cada pintura que luego, conjugadas entre sí, configurarán una sola serie, pero al que se le ha añadido la importancia del diferente formato según las imágenes me lo van requiriendo.
Trabajo varias pinturas a la vez y unas van influyendo en las otras y van influyendo en mí. Trabajo al mismo tiempo en telas totalmente opuestas y el “aburrimiento” de unas lo compenso con la expresividad de otras. Ese es mi lenguaje en el estudio, el que no se interrumpe, el que me va dando argumento para trabajar y dónde van apareciendo nuevas pistas, siendo muchas de ellas imágenes intermedias.
Un desarrollo en el dispositivo material e intelectual para el cuestionamiento de nuestra percepción de la imagen de lo real y de aquella otra personal e intransferible que imaginamos como sustancia de nuestro pensamiento y de nuestra memoria.
Técnicas distintas -acrílicos pintados directamente sobre lienzo, técnicas mixtas, monotipos- y, sobre todo, la confrontación entre el gesto inmediato y la realización premeditada y cerebral. 

Madrid, 2016

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